EXCITACIÓN PROGRESIVA: UN NUEVO CONCEPTO Y DEFINICIÓN PARA LA EYACULACIÓN PRECOZ.

Pedro Lucas (doctorando), su padre Manuel Lucas, la directora de tesis Inmaculada Fernández y el trbunal: J.A. Carrobles, Cayetano Fernández y Francisco Cabello

Excelente trabajo presentado por Pedro Lucas que supone una importante innovación para el estudio de la eyaculación precoz y por el cual el tribunal de tesis le otorgó la máxima calificación (cum laude).La tesis doctoral pretendía visibilizar la problemática que gira en torno a asuntos de gran relevancia para la eyaculación precoz (EP), como la incapacidad para discernir su naturaleza por la ausencia de consensos en lo que respecta a su definición, la heterosexualización excesiva de los estudios de investigación realizados y su impacto en la caracterización, la disparidad en el uso de criterios temporales para clasificarla, las inconsistencias entre los diferentes criterios diagnósticos y subtipos, así como el planteamiento de si la problemática se enmarca realmente en la fase del orgasmo o más bien en la de excitación. Para ello, se han realizado tres estudios con el ánimo de intentar arrojar luz a estas cuestiones tan relevantes y complejas conceptualmente.

El objetivo del primer estudio fue diseñar y validar una escala en español que evaluara el control eyaculatorio, debido a la ausencia de herramientas para medir este criterio diagnóstico que, según la literatura, es el que mejor predice la presencia de EP, por encima de la latencia eyaculatoria y el malestar asociado. Para ello, se realizó un grupo focal con hombres que padecían de EP y con un panel de expertos con experiencia en diagnosticarla y tratarla, para posteriormente evaluar la validez y fiabilidad de la escala. Se propone una escala final de 5 ítems con un alfa de Cronbach para el cuestionario en su totalidad de 0,925y dos dominios de control (0,933) y malestar asociado (0,808). El análisis de sensibilidad y especificidad reveló un área bajo la curva de 0,876, siento el punto óptimo de máxima sensibilidad (0,879) y especificidad (0,734), identificándose un punto de corte en 13,5 puntos en la escala de evaluación. La escala final se establece como una herramienta de valiosa utilidad para la evaluación del control eyaculatorio y la percepción de malestar o angustia asociada en entornos clínicos y de investigación.

El segundo estudio, que ha contado con la participación de una amplia muestra perteneciente a los 5 continentes y a 3 orientaciones sexuales, tuvo como objetivo comparar la prevalencia y las características de la EP en una muestra de hombres heterosexuales, bisexuales y homosexuales de diferentes continentes, así como conocer la relación entre los tres criterios diagnósticos y la EP. Para ello, y después de las operaciones de depuración de datos, se analizaron 15.242 hombres, reclutados a través de una aplicación móvil creada para esta investigación. Los resultados mostraron que las prevalencias de la EP fueron similares en las diferentes orientaciones sexuales analizadas, avalando que las definiciones y criterios diagnósticos están fuertemente sesgados hacia la heterosexualidad, no representando adecuadamente el espectro poblacional donde puede ocurrir la EP. Por último, el análisis de regresión logística entre los 3 criterios diagnósticos y la EP, dejó fuera del modelo predictivo al tiempo de latencia eyaculatoria, resultando que un peor control eyaculatorio y la presencia de malestar están fuertemente asociados con la EP. De tal forma que los hombres con un peor control eyaculatorio tenían 341.45 veces más posibilidades de presentar EP que aquellos con mejor control, y tener malestar aumentaba las posibilidades de presentar EP en 67.31 veces. Estos resultados indican que considerar el criterio de control eyaculatorio es crucial al evaluar y diagnosticar la EP.

En el tercer estudio, se vuelve a realizar énfasis en el control eyaculatorio pero entendido como una dificultad para modular, regular o disminuir la excitación sexual en hombres con EP. El objetivo fue verificar la existencia de esa dificultad y comprender si la fase de la respuesta sexual alterada está más relacionada con la de excitación, que con el orgasmo. Para comprobarlo se midieron los tiempos durante un ejercicio de masturbación en hombres con EP, que consistía en realizar un máximo de 5 paradas de estimulación mediante la técnica parada y arranque de (Semans, 1956). El objetivo del ejercicio consistía en intentar prolongar la fase de excitación y retrasar hasta el final de la prueba, la aparición de la eyaculación. Los participantes debían registrar la duración de la actividad con cada parada e inicio de estimulación mediante un cronómetro diseñado para ello. Se observó que las interrupciones en la estimulación (cuyos valores promedio indicaron homogeneidad entre ellas) fueron menos efectivas en aumentar o mantener el tiempo de cada arranque, disminuyendo los tiempos promedio de cada arranque a medida que avanzaba el ejercicio. Esto implica que la excitación tiende a aumentar (y disminuir muy poco o casi nada) incluso cuando se detiene la estimulación en los hombres con EP. Además, más de la mitad de los hombres no pudieron completar el ejercicio, ya que el riesgo de eyaculación aumentaba considerablemente a medida que avanzaba el ejercicio de masturbación. Por lo tanto, puede inferirse que la causa subyacente de la EP pueda estar relacionada con la incapacidad para modular la excitación, lo que conduce a una eyaculación descontrolada o no deseada.

A raíz de estos resultados y como parte final de esta tesis doctoral, se propone un nuevo concepto y definición para la EP que gira en torno al control eyaculatorio, el criterio diagnóstico que mejor predice la EP. La propuesta final de concepto es la llamada Excitación Progresiva, que es compatible con una queja común del paciente con EP cuando intenta realizar la técnica de parada y arranque de estimulación, un ejercicio común como parte de la terapia. A diferencia de otras concepciones de la EP, la definición propuesta abarca la totalidad de la población masculina, sin importar la orientación sexual, prescindiendo de estipular un intervalo temporal concreto, ni restringirla a circunstancias particulares que pudieran excluir otras manifestaciones del fenómeno. No obstante, integra la relevancia del control eyaculatorio como un factor predictivo fundamental de la EP, al mismo tiempo que contextualiza la problemática en la fase correspondiente de la respuesta sexual, es decir, la fase de excitación.