Con este título el viernes 13 de junio defendí mi tesis doctoral en la universidad de Cadiz. A continuación un breve resumen.
Las disfunciones sexuales y los trastornos de la personalidad son condiciones de alta prevalencia, pero su relación ha sido poco explorada. Este estudio tuvo como objetivo analizar las diferencias en la sexualidad de personas con disfunciones sexuales, comparando a quienes presentan trastornos de la personalidad con aquellas que no los tienen, así como las diferencias entre mujeres y hombres dentro de cada grupo.
Se realizó un estudio ex post facto retrospectivo con una muestra de 138 participantes (71 mujeres y 67 hombres) en terapia psicosexual en el Instituto Andaluz de Sexología y Psicología. Se compararon dos grupos tanto en mujeres como en hombres: uno con disfunción sexual y trastornos de la personalidad, y otro con disfunción sexual sin dichos trastornos. La evaluación incluyó herramientas psicométricas para medir la función sexual, excitabilidad, ansiedad sexual, satisfacción, personalidad y armonía en pareja.

En las mujeres, los resultados mostraron que la presencia de un trastorno de la personalidad se asocia con un mayor número de rasgos de personalidad disfuncionales, menor frecuencia de conductas sexuales como la masturbación, el uso de fantasías y juguetes eróticos, mayor evitación de encuentros sexuales y menor excitabilidad ante estímulos sexuales. También se observó un mayor desacuerdo en la pareja y una tasa de abandono de la terapia significativamente más alta.
En los hombres, las diferencias fueron menos pronunciadas, aunque aquellos con trastorno de la personalidad mostraron mayor disfuncionalidad en ciertos rasgos de personalidad, menor excitabilidad ante estímulos pornográficos y menor frecuencia de heteromasturbación.
En cuanto a la evolución del tratamiento, en ambos sexos la presencia de un trastorno de la personalidad se asoció con una menor adherencia al tratamiento, evidenciada por una mayor tasa de abandono. Esto sugiere un peor pronóstico terapéutico en personas con disfunción sexual comórbida con un trastorno de la personalidad. Asimismo, se encontró que, a mayor tiempo de ocio compartido con la pareja, menor es la probabilidad de abandono de la terapia, lo que indica que este factor podría ser determinante en la adherencia terapéutica tanto en mujeres como en hombres.
Estos hallazgos resaltan la importancia de evaluar la personalidad en el abordaje clínico de las disfunciones sexuales y la necesidad de adaptar la terapia psicosexual para mejorar la adherencia y la eficacia terapéutica en aquellas personas que presentan un trastorno de la personalidad.